A Donelly Martínez
Aún hay luz en el silencio, en el agua y en los lirios, en las puertas del espejo, en el aire como aguja, como encina de la espuma, como un pálido cerrojo ante el sueño y las palomas, ante el ángel como piedra por los pasos de la sombra, por la hiedra y las ortigas, por metales repetidos en sus alas de rocío, por las sales de la bestia en su temprana estatura Rafael N. Fernández