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Mostrando entradas de 2017

PLUMA QUE INVERNA poema de José Tavárez

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(poema en construcción) La pluma que hoy se esconde en el silencio Estuvo alguna vez llena de vida Por ella corrió la sangre como tinta Dando a luz poemas que aún respiran Callada pluma que acaricia mi mano Te ha vencido el tedio cotidiano Ahogada en el confort que absorbe ¿Quién podrá despertarte del ensueño? Oteo el horizonte y hay señales Quizás esas gaviotas de alas blancas O el mar lejano preñado de misterios Preludian nuevos brotes del páramo desierto. Se oyen tambores llamando a nuevas guerras Insepultos amores de tardes peregrinas Viejas semillas despiertan del letargo Y cae la lluvia que hace crecer la espiga. JOSÉ TAVÁREZ Abril/mayo de 2017

Salmo 1 de Ernesto Cardenal

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Bienaventurado el hombre que no sigue las consignas del Partido ni asiste a sus mítines ni se sienta en la mesa con los gansters ni con los generales en el Consejo de Guerra Bienaventurado el hombre que no espía a su hermano ni delata a su compañero de colegio Bienaventurado el hombre que no lee sus anuncios comerciales ni escucha sus radios ni cree en sus slogans. Será como árbol plantado junto a una fuente Ernesto Cardenal, poeta nicaragüense, 1925

El Miedo de Alexandra Pizarnik

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En el eco de mis muertes aún hay miedo. ¿Sabes tú del miedo? Sé del miedo cuando digo mi nombre es el miedo, el miedo con sombrero negro escondiendo ratas en mi sangre, o el miedo con labios muertos bebiendo mis deseos. Sí, en el eco de mis muertes aún hay miedo. Alexandra Pizarnik, poeta argentina, 1936-1972.

Poema de Maya Angelou

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“Tú puedes escribirme en la historia con tus amargas, torcidas mentiras, puedes aventarme al fango y aún así, como el polvo… me levanto. ¿Mi descaro te molesta? ¿Porqué estás ahí quieto, apesadumbrado? Porque camino como si fuera dueña de pozos petroleros bombeando en la sala de mi casa… Como lunas y como soles, con la certeza de las mareas, como las esperanzas brincando alto, así… yo me levanto. ¿Me quieres ver destrozada? cabeza agachada y ojos bajos, hombros caídos como lágrimas, debilitados por mi llanto desconsolado. ¿Mi arrogancia te ofende? No lo tomes tan a pecho, Porque yo río como si tuviera minas de oro excavándose en el mismo patio de mi casa. Puedes dispararme con tus palabras, puedes herirme con tus ojos, puedes matarme con tu odio, y aún así, como el aire, me levanto. ¿Mi sensualidad te molesta? ¿Surge como una sorpresa que yo baile como si tuviera diamantes ahí, donde se encuentran mis muslos? De las barracas de vergüenza de la h...

Dos poemas de Beatriz Vignoli

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COOL LIGHT Un farol redondo de luz fría se ilumina a sí mismo; no alumbra nada fuera de su esfera. Ha quedado vacía la noche alrededor. NO ESTÁ TU CUERPO No está tu cuerpo teníamos la misma estatura ya no que el suelo olvide tus pies. Hinchada de tu ausencia como un globo se halla la noche. Beatriz Vignoli, poetisa argentina, 1965

AIRE DURANDO

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de Manuel del Cabral, poeta dominicano, 1907-1999 ¿Quién ha matado este hombre que su voz no está enterrada? Hay muertos que van subiendo cuanto su ataúd más baja... Este sudor... ¿por quién muere? ¿Por qué cosa muere un pobre? ¿Quién ha matado estas manos? ¡No cabe en la muerte un hombre! Hay muertos que van subiendo cuanto su ataúd más baja... ¿Quién acostó su estatura que su voz está parada? Hay muertos como raíces que hundidas... dan fruto al ala. ¿Quién ha matado estas manos, este sudor, esta cara? Hay muertos que van subiendo cuanto más su ataúd baja..." Imagen de internet: Orlando Martínez