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Ernesto Guevara de la Cerna (Che Guevara)

  El sueño fue tu espejo y el aire ante la sombra, el alba y el camino, las páginas del sur, la estrella entre las sales, en la encina y las cenizas   como espiga  y horizonte, como el agua o como el fuego en los versos y el rocío, en el eco de las alas, de las hieles y la orilla en el verde y los cristales, en las horas de la rosa, de los pétalos atados, de la luz ante el eclipse, de las ráfagas y el vuelo, del fusil en las montañas, del silencio y las campanas,                       de los surcos y el rocío, de tus sienes como el viento en el mapa de la esfera. Rafael N. Fernández

Juan Pablo Duarte y Diez

En tu sueño de horizonte tejió el alba sus espejos, como espiga en la tormenta, en   las sales y el rocío, en las horas de la esencia, del silencio como aguja, de las hieles y   la sombra, de la luz sobre las flores, sobre el aire de las formas, en las hojas y en las fibras, en la arcilla y su estatura, en las alas y en las puertas, en los versos   y el camino, en las sienes y en los pasos, en tus huellas de bandera, de colores desatados, en los párpados del día.                          Rafael N. Fernández

Redentor

Una estrella fue la paloma ante aire y los espejos, ante el circulo y la esencia, de la luz y su estatura, del establo como abrigo                                       y sus ángeles terráqueos,                                                         de la espiga como el agua                                          y su efigie descendid...

A Martin Luther King

Un ángel fue el espejo, el sueño como arteria; despierto ante la sombra, ante el aire y las cenizas de las sales y el silencio, de intersticios y agujeros por luciérnagas inversas, por los hijos de la espuma, de las hieles y el estigio, por las marcas de las hienas; las que engendraron las cruces, las que tejieron las piedras y las alas del rocío, la estatura de la bestia con sus pálidas campanas con sus sienes ahuecadas contra el alba y la paloma.                                          Rafael N. Fernández 

Profundismo

Profundismo Nuestro es lo que amanece: La anfibia luz, el oscuro canto.   Tras los ojos como el aire nos miramos, en la noche fecunda del misterio, mecidos sin olas por las cenizas.    Rafael N. Fernández  

Francisco Alberto Caamaño

Era abril y tú en los sueños, en aire y las espigas donde engendraste el espejo; en  los signos de la orilla, en las huellas y en los versos, en las alas como el hierro, en las horas y el rocío, en el alba y las palomas, en la alquimia sostenida en el eco de la sombra.   Era abril y tú en las sienes, en las sales y en la encina, en la luz y en los cristales, en las puertas subrepticias, en el agua y sus raíces, en su intenso mineral, en el fondo de los pasos en las piedras y el camino, en los pétalos del día, del metal y su estatura, en sus hilos de horizonte de amapola y laurel.      Rafael N. Fernández         

A Miguel de Cervantes Saavedra (Don Quijote)

En las páginas del sueño tu epopeya es un   espejo, una puerta como el agua hacia el aire y las palomas, hacia el circulo y la arena, una estatua luminosa, una espiga de la tierra, de la encina y las abejas, de horizonte   y   laberinto, de raíces y campanas, de luciérnaga y camino, de intersticios invisibles donde el cisne creas sus alas   donde teje su armadura y su equino planetario.            Rafael N. Fernández