A Martin Luther King
Un ángel fue el espejo,
el sueño como arteria;
despierto ante la sombra,
ante el aire y las cenizas
de las sales y el silencio,
de intersticios y agujeros
por luciérnagas inversas,
por los hijos de la espuma,
de las hieles y el estigio,
por las marcas de las hienas;
las que engendraron las cruces,
las que tejieron las piedras
y las alas del rocío,
la estatura de la bestia
con sus pálidas campanas
con sus sienes ahuecadas
contra el alba y la paloma.
el sueño como arteria;
despierto ante la sombra,
ante el aire y las cenizas
de las sales y el silencio,
de intersticios y agujeros
por luciérnagas inversas,
por los hijos de la espuma,
de las hieles y el estigio,
por las marcas de las hienas;
las que engendraron las cruces,
las que tejieron las piedras
y las alas del rocío,
la estatura de la bestia
con sus pálidas campanas
con sus sienes ahuecadas
contra el alba y la paloma.
Rafael N. Fernández
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